" Un buen final " de Antón Chejóv
A pesar de no ser un cuentista tan famosos cómo los que conocemos normalmente, éste escritor es uno de los mejores en la historia , esto se debe a que sus cuentos no tienen un final sorpresivo sino que las dos historias ( siguiendo la teoría de Ricardo Piglia ) se van entrecruzando una a la otra durante todo el relato. La segunda historia no permanece oculta. Ejemplo claro lo tenemos en el cuanto que escogí , el fin principal es darnos cuenta que la primera historia narra el conflicto del hombre en buscar a una mujer perfacta para él, sin embargo la segunda historia es el ligéro interes de la casamentera quién no tiene pareja . La maestría de éste escritor se debe a que con sutiles detalles durante toda la narración nos muestra poco a poco como se va formando el arreglo de ambos personajes para llegar a " un buen final ".
Un buen final
En casa del inventor de ferrocarriles Stichkin y en uno de los días desocupados de éste, sentada se encontraba Liubov Grigorievna, dama de sólido aspecto, de alrededor de cuarenta años y actividades en asuntos casamenteros y en otros muchos de kis que sólo se suele hablar en voz baja. Stichkin, algo azarado, pero, como siempre, serio y severo , paseabapor la habitación, fumaba su cigarro y decía :
- Me complace mucho hacer su conocimiento . Me ha sido usted recomendada por Simion Ivanovich ... , entendiendo que puede usted ayudarme en un asunto delicado y bastante importante, relacionado con la felicidad de mi vida. He llegado ya, Liubov Grigorievna, a la edad de cincuenta y dos años ; o sea, estoy en un período de la vida en el que muchos tienen ya hjos mayores. Ocupo un puesto de bastante consideración ... Aunque no poseogran fortuna, dispongo de la suficiente para mantener junto a mí un ser amado y a unos hijos . De usted para mí, le diré que, además de mi sueldo, tengo también dinero en el Banco , que conseguí ahorrar gracias a mi modo de vivir. Soy un hombre serio y autero. Llevo una vida ordena, formal , y puedo constituirme en ejemplo de muchos. Una cosa me falta tan solo: un hogar y una compañera de vida. A causa de ello voy por la vida como cualquier húngaro errabundo ..., de un lado para otro y sin encontrarle gusto a nada. De nadie puedo aconsejarme , y cuando estuve enfermo no tuve quien me diera un vaso de agua o de cualquier cosa. Además , Liubov Grigorievna, un hombre casado es siempre de mayor peso en la sociedad que un soltero ... Pertenezco a la clase instruida, tengo dinero ... Ahora bien ... mirando desde un punto de vista ... , ¿ qué soy ? ... ; soltero como un cura. Por todo esto , desearía mucho encender la antorcha del Himeneo ... ; es decir , casarme legalmente con una persona digna.
- Buen proposito - súspiró la casamentera.
- Soy un hombre solitario y no conozco a nadie en esta ciudad. ¿ A dónde voy a ir ? ¿ A quien puedo dirigirme , si todos forman parte de mí de lo desconocido ? ... He aquí por qué Simion Ivanovich me aconsejó me dirigiera a alguien especialista en estos asuntos y que tuviera por profesión decidir la felicidad de la gente. Por eso le ruego, encarecidamente, Liubov Grigorievna , que me ayude con su intervención a resolver este asunto. Usted conoce a todas las posibles novias y le será fácil colocarme.
- Puede hacerse, desde luego ...
-¡ Beba, por favor! ..., ¡ se lo ruego!
Con un gesto acostumbrado , la casamentera se llevó la copa a los labios y se la bebió sin rechistar.
- Se puede ..., claro ... Se puede hacer- repitió - ¿ y qué clase de novia desea usted Nikolai Nikolaich ?
- ¿ Yo? ... Pues la que me depare el Destino.
- Cierto que el Destino ... ; sin embargo, todo el mundo tiene sus gustos. Unos prefieren las rubias y otros las morenas.
- Mire, Liubov Grigorievna ... - dijo Strichkin suspirando hondamente - . Yo soy un hombre posado y de carácter . Para mí, en general, la belleza exterior representa un papel secundario. Usted misma sabe que la cara es lo de menos y que con la mujer guapa se tienen muchas preocupaciones . Yo creo que en la mujer no es lo principal el exterioir , sino lo que se le encierra dentro de ella. Quiero decir que tenga un alma y toda clase de buenas cualidades. ¡ Coma , por favor ! ... ¡ Se lo ruego ! ... Claro es que sería muy agradable que fuera gordita, pero para nuestra suerte común eso no sería de mcha importancia. La inteligencia es principal. Ha y que decir , sin embargo , que la mujer no necesita inteligencia porque si la tiene, por ella precisamente , se formará gran idea de sí y se creará otros ideales .
Cierto que sin instrucción hoy en día no se puede estar ..., esto es verdad ...;pero hay muchas clases de instrucción... Es muy agradable que la mujer sepa hablar francé... y alemán ... en distintos tono...;pero ¿ qué provecho puede sacarse de eso si luego no sabe cocer, por ejemplo, un botón ? Yo pertenezco a la clase instruida ... Con el principe Kanitelin estoy, puede decirse, como con usted ahora ...; sin embargo, mi carácter es sencillo y necesito una joven sencilla. Lo principal de todo es que sepa estimarme y que se dé cuenta de que me debe la felicidad.
- Claro, claro ...
-Bien. Y ahora hay que hablar de lo positivo ... No necesito una mujer rica . Jamás cometeré la canallada de casarme por dinero. No quiero ser yo el que coma el pan de la esposa, sino que sea la esposa la que coma el mío y así lo reconozca; pero tampoco quiero una pobre. Aunque soy un hombre de medios y aunque me caso por amor, no por interés ...,no puedo llevarme una mujer pobre, porque como usted sabe, la vida sube ..., vendría niños ...
- Podría hallarse una con dote- dice la casamentera.
-¡ Coma, por favor! ¡ Se lo ruego!
Transcurrieron cinco minutos en silencio. La casamentera suspiró, miró de reojo al interesado y preguntó:
- Y diga, padrecito ..., ¿ de otros asuntos de soltero ...no desea nada ? Hay buena mercancía. Una es francesa y otra griega. Las dos valen.
El interventor, después de pensarlo dijo:
- No. Se lo agradezco mucho. Me dará usted veinticinco rublos, tela para un vestido, como es costumbre, y las gracias... La cuestión de la dote es aparte ... Esa ya es otra cuenta.
Stichkin se cruzó de brazos y se puso a meditar en silencio. Luego suspiró y dijo:
-Es caro.
-¡Qué ha de ser caro, Nikolai Nikolaich! ... Antes, cuando había bodasse acostumbraba llevar más barato; pero en estos tiempo, ¿ qué ganancia es la nuestra? ... ¡Gracias a que en un mes se saque una cincuenta rublos! ... Y hay que decir, padrecito, que no los ganamos con bodas.
Stichkin miró con asombro a la casamentera y se encogió de hombros.
-¡Hum! ... ¿ Es que llama usted poco a cincuenta rublos?- preguntó
- ¡Y tan poco! ... En estos tiempos hemos llegado a ganar más de cien.
-¡Hum! ...No hubiera creído nunca que con esa clase de negocios se údiera conseguir una suma así..., ¡cincuenta rublos!...¡No gana tanto un hombre!...¡ Beba, por favor! ..., ¡ se lo ruego...!
La casamentera bebió de nuevo sin rechistar. Stichkin la miró en silencio de pies a cabeza y repitió:
¡Cincuenta rublos!..., o sea seiscientos rublos al año... ¡ Beba, por favor!¡ se lo ruego! Con semejantes ganancias ¿ Sabe, Liubov Grigorievna, que no le sería dificil conseguir un buen partido?
- ¿ A mí? ... rió la casamentera - ; ¡Ya soy vieja!
- Nada de eso ... Tiene usted buena contextura, un rostro lleno, blanco ...
La casamentera se azaró. Stichkin se azaró también y se sentó a su lado.
- Usted puede gustar todavía - dijo- . Si encontrar usted marido reposado, serio , cuidadoso ..., podría usted agradarle mucho, y con su sueldo y con el de él ... vivirían los dos muy unidos.
-¡Qué cosas está diciendo, Nikolai Nikolaich...!
-¿Yo? ... Yo no digo nada...
Se hizo un slencio. Stichkin empezó a sonarse ruidosamente, mientras la casamentera , poniéndose colorada y hablando como a quien le da vergüenza lo que va a decir, preguntó :
- ¿ Y usted cuánto gana, Nikolai Nikolaich ...?
-¿ Yo? ... Setenta y cinco rublos y los aguinaldos. Las velas de esperma y las liebres nos dejan también algunas ganacias...
-¿ Es usted cazador ...?
-No. Llamamos liebres a los viajeros que no llevan billete.
Transcurrió otro minuto en silencio. Stichkin , nervioso, se levantó y empezó a pasear por la habitación.
- No busco una esposa joven- dijo- . Soy hombre de alguna edad ... y necesito una mujer ... como, por ejemplo, usted ... Una mujer seria ..., reposada ..., de su contextura ...
-¡ Qué cosas está diciendo!- dijo con una risita la casamentera, ocultando el rostro en el pañuelo color carmesí.
- Y después de todo, ¿ para qué pensarlo tanto ? Me agrada usted mucho y sus cualidades me resultan muy adecuadas ... Yo soy un hombre reposado ..., sobrio ..., y si le agrado a mi vez ..., ¿ qué otro mejor podría encontrar? ...Permítame que le haga una proposición de matrimonio.
La casamentera sorbió unas cuantas lágrimas , rió y, en señal de conformidad, chocó su copa con la de Stichkin.
- ¡Bien!- dijo feliz el interventor- . Permitame ahora que le explíque el género de vida y comportamiento que deseo de usted ... Yo soy un hombre serio, sólido, reposado ... Todo lo considero desde un noble punto de vista y deseo que mi mujer sea igualmente rigurosa; que para ella sea yo el primero y que comprenda que soy su bienhechor.
Y el interventor, sentándose empezó a exponer a su novia sus puntos de vista sobre la vida de familia y las obligaciones de la esposa.
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