Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo; todos los otros seres han muerto. Golpean la puerta.
Thomas Bailey Aldrich
Sintió pasos en la noche y se incorporó con sobresalto .
- ¿ Eres tú, Cordelia? - dijo.
Y luego:
-¿ Eres tú? Responde.
- Sí , soy yo- le replicó ella desde el fondo del pasillo.
Entonces se durmió . Pero a la mañana siguiente habló con su mujer que se llama Clara - y con su sirvienta que se llamaba Eustolia.
Francisco Tario: Tapioca Inn
-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció.
I. A. Ireland: Visitations
Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
-Yo no -respondió el otro-. ¿Y usted?
-Yo sí -dijo el primero, y desapareció.
George Loring Frost : Memorabilidad